31.10.2013

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Para los que hemos crecido sin esas tradiciones es difícil que hoy se nos haga el corazón calabaza al ver tanto muerto y tanta bruja por la calle, por mucho que los vagones de metro se asemejaran esta mañana a un disparatado coche de difuntos de serie B.

El caso es que no es que le tenga manía a la fiesta por el mero hecho de ser de importación (como me pasa con el insoportable Papá Noel), porque el equivalente patrio de visitas de compromiso a los cementerios portando claveles, tampoco es costumbre en mi casa. Al Halloween este moderno le reconozco su estética tan naranja y tan vistosa y ese don que tiene de quitarle hierro al espeluznante asunto de la muerte. Porque hoy es la fiesta del ‘terror’ sí, pero del terror fiestero y guasón -más del susto que del miedo- adaptada para todos los públicos, que lo mismo tenemos cocktail de cerebrito sanguinolento para adolescentes, que caramelos de fantasmas para los niños, amén de tartas-sepultura para adultos golosos…

En fin, trucos y tratos aparte, octubre se nos acaba por más golosinas con que le tentemos y con él se va el último reducto de calor del año, con el miedo que me da a mí el frío… Jueves y fin de semana ya: estos hachazos no están tan mal!! Buenos días!

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