llave

28.12.2012

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Esta mañana he decidido meter la cabeza 15 minutos en el congelador y convertirme en la mujer fría y calculadora que siempre he querido ser. Enfriarme la sangre a golpe de cubitera para reinar hierática sobre un trono de hielo. Renunciar al toro que preside mi signo y nunca más entrar al trapo, a ningún trapo. Encaminar mi vida y mis actos bajo un estricto y predefinido organigrama y planificar mis movimientos como aquel que baila sobre un tablero de Risk. He decidido opacar mis transparencias, ponerle brida a mis desboques y encolarme la imaginación. Escribirme en una clave indescifrable para no ser tan legible, guardar bajo siete llaves el tálamo, el hipotálamo, el área de Broca, la ínsula, el núcleo estriado y toda su familia.

Y que nadie se llame a engaño: no es una inocentada para los demás. Es que, según para qué, a Santa e Inocente no hay quien me gane.

28 de diciembre. Último viernes del año. Vigilad vuestras espaldas, se han avistado monigotes al acecho. Buenos días…