ideas

02.03.2016

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El otro día que andaba yo contando una historia a mi manera, esto es, desordenada y llevándome ideas de la ceca a la meca, alguien me soltó la temida frase: ¡Coño Vanessa, te pareces a tu madre!

 

Y aunque ya sabemos la honra que merece quien a los suyos se parece y a pesar de que dicha similitud me enorgullece, creo que en este caso esa sentencia no me define…

 

La cosa venía al caso porque mi rubia progenitora tiene la curiosa costumbre de terminar sólo un pequeño porcentaje de las frases que comienza, especialmente cuando se embala contándote la aventura de turno. Con un resultado tal que:

 

«Fuimos a… Porque me dijo fulanita que… Y entonces yo me acordé de que… Y estuvo estupendo, sabes?»

 

Y ahí una tiene que enterarse de todo rellenando los huecos sin poder comprar vocal ni nada!! Lo curioso es que a veces hasta acierto!

 

Pero mi caso es otro. Yo suelo acabar casi la totalidad de las frases que comienzo, pero realizo conexiones mentales entre unas y otras que para mí tienen sentido pero no suelo poner de manifiesto. Algo así como:

 

«Ayer me contó menganita que estuvo comiendo sushi, a ver si llamo al ayuntamiento y me compro el alargador, porque necesito ir a la peluquería».

 

Y esto, que pudiera parecer que denota la alarmante ausencia de algún tornillo, tiene que ver sin embargo con la manera que cada uno tenemos de aprender, exteriorizar y organizar nuestros pensamientos. Porque nos relacionamos con el mundo a través de los sentidos y, según nos dominen unos u otros seremos visuales, kinestésicos o auditivos. Y, aunque sé que personalmente tengo una ensalada sensorial de traca, me consta que soy visual… aunque hable con las manos como una kinestésica perdida y me transporte con la música cual auditiva…

 

Qué le vamos a hacer. Todo sea por ver, oír… y tocar! Toca miércoles y mediar la semana. Buenos días!!

 

Visuales Auditivos kinestesicos

21.01.2015

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Por cachondearme de los días oficialmente mustios, he llegado a la mitad de la semana en severa recesión mental…

Me siento mal.

Hecha una alcachofa en todos los sentidos, excepto en su verde colorido.
Aunque sea el día X de la semana, del sexo sólo me queda hoy lo del centro: sin la s y sin la o.

Sólo puedo pensar en las mil maneras de cocinar los dos kilos de acelgas que tengo en la nevera (malditas sean las ofertas). Y lo que fue una tormenta de ideas se ha convertido en ruido.

[Ruido mentiroso,
Ruido entrometido,
Ruido escandaloso.
Silencioso ruido]

El sonido de una caverna que campa en mi oído derecho. Y una turbina en sordina en el izquierdo.

Tengo catarro en los pabellones auditivos (lo que viene a ser los mocos a modo de pendientes) y es tan asqueroso de sufrir como de contar.
Porque la gente más tradicional se suena las narices, pero yo las orejas no me las puedo sonar!!!

Ay! Ay! Ay de mí, que no me quiero quejar… pero la invasión viral no me deja sitio en las letras para nada más!
Me siento fatal (con tres aes al final) y ni siquiera puedo llorar porque los ojos ya me lloran solos sin poderlo remediar.
Ahora sé para qué sirven las ojeras: para desaguar.

Hasta la espalda la tengo encharcada de penas: me pica en el sitio exacto donde no me puedo rascar. En el ángulo muerto de mi trasera. El envés de esta alcachofa apática.

Los buenos días en estos días son jodidos de solemnidad (y no los puedo desear más).

20.01.2015

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Habida cuenta de esa costumbre tan propia de meterme en todos los fregaos que se me ponen por delante -y hasta alguno que se me pone por detrás- el próximo 31 de enero me he apuntado a un certamen de tapas.

 

Es una cosa entre amigos, sin mayor trascendencia. La idea es que cada uno cocine la suya y juntarnos en un bar (que se presta) para someterla al criterio de los demás, de tal manera que el que resulte ganador, queda exento de pagar su cuenta por el vino o la cerveza con que ha estado regando la cata. Como veis el premio no lleva aparejada ninguna beca, ni medalla, ni es más sustancioso que ahorrarte la dolorosa de estar un día de cañas, pero puestos a competir, lo que quiere mi menda no es sólo participar (que está muy bien) si no ganar. No por competitividad, eh! Por respeto a los demás…

 

El caso es que como mis dotes culinarias son más bien modestas (lo mío es la cocina de supervivencia resultona), tengo frito a todo cocinillas que me rodea pensando una receta. Y se me ha ocurrido que, ya que las bases del concurso especifican que el artífice del plato debe ser el propio concursante pero no se manifiestan respecto a la petición de ayuda previa, podría hacer por aquí un llamamiento masivo para recabar ideas…

 

Es de desear que sea, como en las compras clandestinas, ‘bueno, bonito y barato’. Es decir rico, sencillo de elaborar y vistoso, que por los ojos también entra la comida. Y por supuesto, hay prima (de beneficios, no familiar): en caso de resultar ganadora, convidaré a un mínimo de una caña a todo el que haya tenido a bien participar, faltaría más!

Arriba esas copas, brindemos por las grandes ideas y por los buenos días! Algo que aportar??

12.09.2014

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Pues muy bien.

Se acabó.

Así de simple.

 

Ya es viernes, he tenido unos días para reubicarme, hoy recupero la normalidad doméstica y hay que aceptar lo evidente: las vacaciones se han terminado. De nada sirve lamentarse del tiempo que se nos ha ido. Ahora lo que toca es sacudirse la melena cual Simba renacido, mirar al frente con ojos desafiantes y hacer planes, propósitos y legislación personal nueva para el nuevo curso que comienza.

 

Cierto es que todo era más fácil cuando eras pequeña: te comprabas bolis de colores, cuadernos y libretas nuevas y afrontabas los meses que se avecinaban parapetada tras la ilusión del material escolar a estrenar. Ahora sólo hay que darle a ese concepto una vuelta de tuerca… Embarcarse en algún proyecto nuevo como aprender italiano o iniciarse en los saludables misterios de la cocina macrobiótica o darle caña de una vez al macramé. Igual da. De hecho, la mayoría de esas obras faraónicas se quedan en sueños antes de empezar, pero cumplen la importantísima misión de darle una pátina de esperanza y novedad a este año septembrino que acaba de empezar.

 

Y como mi menda lerenda tiene una notoria afición a planes ilusorios e ideas peregrinas, en esta época del año gozo de una desbocada actividad mental de ensoñación que me incita a pensar que, cualquier cosa que quiera desarrollar -si empieza ahora- es un buen plan.

 

Viernes. Un día estupendo para empezar… el fin de semana. Buenos días!!!

18.10.2013

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Desconozco si hay algún estudio (de esos subvencionados con el dinero que nos sobra) sobre el tema pero yo lo tengo claro: la generación espontánea de buenas ideas está directamente relacionada con la circulación sanguínea de las extremidades inferiores. A que sí?!?

La demostración empírica es evidente: estoy sentada en la mesa de la oficina con un problema que parece irresoluble entre manos, me levanto para ir al baño o hacerme el café y ¡chas! llega la inspiración; esa idea que lo arregla todo pero que cuando estaba sentada en mi sitio no veía. Luego está claro: en posición sedente la sangre no me circula libremente por las piernas, de tal manera que me riega el cerebro con la misma intensidad y, por tanto, no pienso con claridad! Además creo que, en general, la mente trabaja mejor cuando el cuerpo se mueve. Quizá porque aumenta el desfile de estímulos visuales (lo que también explicaría el efecto enriquecedor de las ventanillas de los trenes) o por lo de antes: la corriente sanguínea se hace más veloz; no lo se, pero sucede. Al menos a mí…

Y a los canadienses también les pasa; les pasó, de hecho, un 18 de octubre de 1929 cuando una ley declaró que las mujeres son personas ¡! Wau. Clarísima muestra de idea brillante, desde luego. A ver cuantas nos trae el fin de semana. Viernes santo y bendito. Buenos días!!

23.01.2013

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A veces una idea cruza fugaz mi mente y saco mi libreta morada para dejarme por escrito hilos de la madeja de los que tirar después; lo cual no encuentro yo que tenga nada de particular. Lo realmente sorprendente es que, cuando esto sucede en alguno de los medios de transporte en los que me paso media vida, suele inquietar a quien llevo sentado cerca. Por qué? Ni idea. No sé si se incomodan por el hecho de que alguien aún use un boli o por el uso que quien se sienta al lado pueda hacer de él, conociendo el extendido uso del bolígrafo como arma de destrucción masiva… Yo creo que sufren de eso que a veces tenemos todos: ombliguitis (estado mental en el que uno se cree el ombligo del mundo), lo que les induce a pensar que si su compañera de trayecto escribe, debe estar haciéndolo sobre ellos y les carcome la curiosidad por saber qué letras inspiran; que no hay mayor aliciente que querer conocer aquello que nos está vedado y llegar allí dónde nadie lo había hecho antes. De esto sabía bien Jacques Piccard, que un 23 de enero de 1960, descendía en su batiscafo Trieste a 10.916 metros en la Fosa de las Marianas. Allí dónde nadie estuvo jamás, en el abismo infinito, allí dónde podrían vivir los monstruos. Muy lejos de mi libreta morada.

Miércoles. San Agatángelo (sí, uno de Elche que acabó en Ankara decapitado). Si os encontráis al borde del abismo de la curiosidad, cuidado con el descenso (dijo la que siempre va, y cae en sus fauces). Buenos días…

04.01.2013

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Miles de ideas para compartir me rondaban por la cabeza a primera hora… pero el breve lapso de ocio en el que las ideas se materializan en palabras me ha sido esquivo esta mañana. Quizá porque hoy no es buen día para materializaciones: hoy hace 17 años que los del CERN anunciaron haber creado nueve átomos de antihidrógeno, el primer logro en la obtención de antimateria; y ya se sabe que el contacto entre materia y antimateria siempre termina en la aniquilación mutua. Esperemos que lo mío solo termine en un par de pensamientos convertidos en rayos gamma que, con tanto que me bulle últimamente por la cabeza, no puedo permitirme perder más.

Viernes. San Abrúnculo (¡¡ ¡!). Ya vienen los Reyes, por el arenal…
Buenos (Malos + Antimalos) días = Buenos días.