calles
26.05.2015
Ayer tenía tantas palabras al filo de la lengua que se me quedaron ahí. Al final me pudieron el cansancio y las obligaciones. Porque este lunes ha sido -oficial y oficiosamente, además- el de la resaca. Resaca electoral y resaca particular que no me ha quedado más remedio que dejar aplazada… Me las ingenio como nadie para enlazar eventos y acontecimientos de tal manera que apenas me queda tiempo para convertirlos en recuerdos que saborear.
Así el viernes se me fue de las manos rodando por la oscura noche, el sábado se me fueron las fuerzas entre bolas, plumas y pelucas y el domingo lo di todo por este invento que ya no nos es tan nuevo de la democracia.
Lo gracioso es que son los mismos pies los que toman tantas veces esos caminos tan diferentes… Un día hacen la ruta del adolescente que vuelve a casa al desamparo de la luz del día por unas calles que están todavía sin estrenar, con la melena apuntando al este de la península y con un cordón desabrochado y chivato balanceándose bota-abajo. Y otro día hacen la del adulto responsable que madruga, desayuna, se lava con agua fría la legaña y se olvida de las cañas en domingo para trabajar lo que no está en los escritos.
Los pies -y los instintos- son los mismos. Y el aspecto es parecido. Pero algo en tus maneras te debe delatar que ni miras (ni te miran) igual cuando hueles a noche que cuando atufas a acabar de madrugar.
Pueden parecer sutilezas perceptivas sin mayor importancia, pero a la hora de la verdad, esos son los recuerdos que te quedan en el paladar: el de un portal ajeno en el que tú ni siquiera estabas, un cariño compartido que se hace boa de coloridas plumas y una fotografía en seis colores frente a una urna. Debe ser que a mí me gustan más las diferencias que las sutilezas.
Martes. Buenos días.
23.09.2014
Hay algunos pueblos que lo tienen todo. Bueno todo no, pero sí todo lo que tienen que tener para prendarte. Covarrubias, en Burgos, es uno de ellos: tiene bonitas calles empedradas, un puente majestuoso, casas de vigas de madera al aire que son un deleite, su Torreón imponente con leyenda popular al frente, su Colegiata rodeada de susurros de río y paseo de árboles… Un encanto singular… y, además, tiene una ermita a San Olav.
La cosa viene de largo e incluye a una princesa noruega que aterrizó por aquellos pagos fruto de un enlace concertado con un infante castellano. La pobre nórdica, por lo que se ve, no le encontró el gusto a nuestras tierras y falleció, allá por el 1262, tan joven, rubia y hermosa que su marido le construyó una bonita losa. Lo que por lo visto su viudo no le hizo, pese a haberlo prometido, era una capilla en honor al santo vikingo.
Por eso, para resarcir a la princesa desdichada, se creó hace unos años una asociación de paisanos de Noruega que van una vez al año al pueblo y allí acampan, cambiando esos días morcilla de Burgos por salmón Skandia.
Auspiciada por esa fundación, se construyó hace un par de años, además, la ermita prometida. Y por hoy, dejo la historia aquí, que aún tiene trazas de tener final feliz. Mañana os contaré la cara B del cuento….
Martes y Santa Tecla (elijo la de la ñ, que es patrimonio nuestro). Buenos días!
09.08.2013
[Cosas que sólo pasan en verano]
Llegas a las mil y mona de anoche a tu casa preocupada por dónde lograrás soltar el coche ya que tu calle sólo tiene 11 aparcamientos y…. aparcas en la propia puerta!!
Además, sales taaaaarde de casa ésta mañana y, aunque los semáforos te impiden atravesar una calle entera sin pararte y los taxistas hacen gala de su título de propiedad de la calzada haciéndote sistemáticamente la puñeta (dos cuestiones no exclusivas del estío, por cierto), gracias al tráfico fluido (esto sí es exclusivo de agosto), llegas a la puerta del trabajo a las ‘y 59’ para quedar puntual a lo british total.
Me-en-can-ta.
19.05.2013
He rodado por estas calles, ya las he vivido, a otras horas, en otros mundos, he sido la hoja que arrastraba el viento de un lado al otro de la acera. Otros horadaron antes el mismo camino, otros fueron antes la hoja y otros lo serán después, pero no les mecera el mismo viento, las paredes de la calle no les guardarán el mismo eco de mis pasos. Por que hoy ésta es mi calle, éste es mi tiempo. Este es el camino, mi camino. El camino que es tan conocido como inescrutable. Lo que era nuestra ruta y ahora es sólo la mía. Mi ruta a ese futuro incierto que parece acecharme en la siguiente esquina. Esquina que corta el viento que mece la hoja. La hoja que tantas veces me siento.
Buenas noches… y un beso
11.03.2013
Camino por las mismas calles que hace 12 meses, me paro en la misma plaza, el bar que dejo a mi izquierda no ha cambiado; aún deben dar desayunos tardíos los domingos, ahora no lo sé. La misma ciudad? Sí. Los mismos adoquines también, que no están las arcas para gastos. Entonces… Qué veo ahora tan diferente? Porque yo soy también la misma; o no? Será cosa del desplazamiento del epicentro de la tierra. En el seísmo de Japón, ya sabéis. Pero de eso hoy hace ya dos años… Pues ya está, tengo el epicentro des-sincronizado, eso va a ser. Fíjate que iba a dar los buenos días… Lunes. San Sofronio, sabría sofronizar?? Buenas noches…
23.12.2012
Estambul se me está escapando entre los dedos. Las calles probablemente siguen vivas ahí fuera, con su oferta para todos, pero a mi me observa desde el rincón ese cacharro rojo con cuatro ruedas vulgarmente conocido como maleta, que está esperando que embuta mis recuerdos entre sus fauces para trasladarlos al Madrid de lunes a viernes en horario de oficina, para quitarles el brillo y los colores de la novedad y el exotismo y dejarlos en preterito perfecto.
Me llevo pocos cachivaches en realidad: unos baklavas para merendar y un ojo para invocar la buena suerte en las nuevas paredes en que espero colgarlo; me llevo la impresión de que he hecho mucho pero también la sensación de que podría haber hecho más…castigo del turista insaciable, supongo.
Se acabó chapurrear idiomas ajenos y hablar con todo el que te cruzas por la calle; se acabó cruzar el cuerno de oro, subir a la torre Galata y escuchar como rebota la llamada a la oración de mezquita en mezquita; se acabó el horizonte poblado de alminares; se acabaron los bocatas de caballa…vuelvo al bocata de calamares.
Sağ ol Estambul, thank you y buenas noches.