frío
15.10.2015
Una cosa voy a decir hoy: harpagofito
Renuncio. Definitivamente tengo las conexiones neuronales hechas cisco y, cuando estoy en pleno acto de meditación urbanita (jugando al Candy Crush) se me viene una palabra imparable a la mente. Me ha vuelto a pasar. Así es que renuncio. Si viene, por algo será. Investigo de qué se trata, os meto la chapa y ya se irá. Con un poco de suerte al final del año, sumándolas todas, lograremos descifrar el mensaje que el oráculo nos quiera contar.
Pues eso. Que esta vez la dichosa palabra ha sido esa: harpagofito. Me voy a la Wikipedia a consultar y el resultado es de traca: planta de la familia de las nosecuál que procede del sur de África y es conocida como garra del diablo; indicada para la artrosis y las flatulencias y ligeramente antiinflamatoria, siempre que se administre por vía intraperitoneal (¡!)
¿En serio? Que no quiero pensar mal pero ¿Qué otra lectura puede hacerse? Porque sospecho yo que esta vez mi subconsciente me está mandando ‘a tomar por culo’ así, tal cual. Eso sí, con paliativos no se me vaya a inflamar!!
Va a ser que algo le he hecho. Quizás es porque le tengo con el armario en una estación que está pasada ya y las neuronas congeladas o porque la otra noche le tuve hasta las tantas buceando en mis memorias y no tiene paciencia para tanto fantasma. Eso es. Seguro. Es una venganza. Y algo de razón no le falta. Así es que nada, harpagofito a demanda!
Jueves. Sugerís alguna otra planta? Buenos días!
26.03.2014
¿Si podría vivir en un lugar donde apenas salga el sol? Pues puede ser. Siendo el de supervivencia el instinto que los domina a todos y en mi calidad de ser humano, es probable que me adaptara a eso, pero no me lo imagino. Igual es que en otra vida he sido instalación fotovoltaica, aunque también me quedan trazas de organismo acuático… ¿Existen los paneles solares submarinos? El caso es que no entiendo sus rayos solamente como el tinte que me convierte en medalla de bronce varios meses al año, si no como el barniz que pinta el mundo de ilusión, el que insufla ánimo, el que lo hace hermoso. Soy, como cantaban Presuntos Implicados, de agua; pero también soy de sol. ¿Eso quién lo canta?
Simplemente, con sol, todo es mejor: brotan las plantas, se endulza la fruta y florecen los planes. Será que se me recargan los fotorreceptores, que soy fotosensible o que yo también hago la fotosíntesis porque de todas las energías, la solar es la que comprendo mejor ¡como no! si hasta la clave es de sol…
Por eso se me hace tan duro este retorno al invierno. A la oscuridad del día, a un sol distante, lejano y opaco que no calienta, a un viento gélido que me arranca lágrimas frías también… Y quizá yo me lleve la meteorología al terreno personal, pero es que si veis las previsiones del AEMET lloráis vosotros también
Miércoles. Podrían ser buenos días…
18.02.2014
Algunos días sufro de (no sé muy bien cómo definirlo) una leve ‘flojera espiritual’.
No es grave ni permanente, es sólo como levantarte con las gafas grises en vez de con las rosas. Me jode, pero no me lo tomo a mal; entiendo que padecer ocasionalmente cierta tristeza existencial indefinida implica que estoy de la mitad para arriba de la pirámide de Maslow, que afortunadamente tengo mis necesidades básicas cubiertas y puedo permitirme preocupaciones algo menos terrenales. Pero esos días tienen connotaciones negativas algo molestas… Por ejemplo, camino más despacio, lo que implica una alta probabilidad de perder el metro y una exposición mayor al frío invernal que ha vuelto a tomar las calles. Además, suspiro más y eso de suspirar -excepto que seas la protagonista de un novelón romántico, que esas suspiran con mucha profesionalidad- no me parece una actividad nada recomendable. Viene a ser pegarle un bocado a la nada, darse un buen lingotazo de aire… lo cual por un lado puede derivar en una agresión a las vías respiratorias altas (porque el trago de aire entra sin tamizar) y, por otro, en una incómoda aerofagia o flatulencia de la que aquí está mal visto hablar.
Por suerte, ya lo hizo mi primo Don Francisco con su inimitable estilo personal; así es que nada mejor para hacer bueno el decaído día que terminar con esta poesía…
29.01.2014
El frío ha vuelto. Probablemente tendrá que ver con rayas azules en el mapa y corrientes, pero a mi me ha recordado el tema de las etiquetas congeladas que me el lunes me quedó pendiente; esas flojas que a 18° bajo cero se dejan caer de los envoltorios de albal y te dejan sin saber si guardaste pollo o calamar. Y es que aunque el otro día mi cabreo con las dichosas etiquetas era monumental, hoy me alcanza la comprensión en lo que a los efectos del frío se refiere. Hoy entiendo que las pobres se despeguen, quizá porque cuando se llega al punto de congelación el pegamento no se adhiere, quizá porque -con el frío- los roces duelen. Yo también me siento encogida y despegada, como con menos fuelle.
Estos días en los que le vemos las orejas al invierno, me acuerdo de mi antigua profe de Pilates y siempre pienso: ‘si me ve Adriana, me excomulga’, porque en lugar de estirar la columna para rozar el firmamento, me encojo y encojo como el enanito gruñón del cuento: hombros arriba, cuello abajo y el ceño fruncido en visible desacuerdo. No quiero ni pensar lo que sería vivir cada día con un frío polar; por eso hoy entiendo un poco mejor a las disidentes etiquetas de mi congelador. Por favor, que alguien me lo recuerde cuando se vuelvan a despegar.
Miércoles. ¡Ay! A saber qué he sacado hoy… Buenos días!!
13.12.2013
Pues debe ser que hoy me he levantado en modo ‘IR’ (irreverente y rebelde), pero no tengo el cuerpo de viernes 13: o tengo el calendario interno averiado o no sufro en absoluto de friggaatriscaidecafobia (miedo que es mejor no tener sólo por no tener que pronunciarlo). Lo único que me arruina hoy la perspectiva del fin de semana no es un Jason vengativo con máscara sucia y ruidosa motosierra deambulando por un campamento sangriento, si no un temor mucho más mundano: el frío.
Hoy tengo frío. Ea, ya lo he dicho. Me da igual que los meteorólogos no lo aprecien en sus mapas y que la ‘sensación térmica’ sea la misma de ayer… ¡¡De eso nada!! Me indigna que me impongan la sensación térmica que tengo que tener. Porque las sensaciones son, por definición, subjetivas y en la térmica influyen, además de temperatura seca, humedad relativa, temperatura de bulbo negro (¡?!) y velocidad del aire, factores propios de cada individuo como el índice metabólico y el índice de indumento; eso sin hablar de los mecanismos de intercambio de calor del cuerpo humano con el medio ambiente, que pueden darle la vuelta a casi cualquier sensación. Ergo, cómo narices sabe Mario Picazo la sensación térmica que tengo que tener?? IRse a hacer encajes en los puños, hombre.
Hoy tengo frío. Pero es viernes. Viernes 131213. Buenos días…
22.11.2013
Sabes que el frío ha llegado cuando miras a la luna y la luna se esconde tras un velo esponjoso de algodón. No ves nieve, pero sabes que ha nevado; puede olerse. La calle se convierte en ese lugar inhóspito de mero tránsito donde nadie quiere quedarse. Tu respiración desfila ante ti dibujando con un hálito helado cada palabra que pronuncias… Claro, que la moquina que resbala incontrolable por tu nariz, los ojos llorosos, el tembleque general y el hecho de no poder flexionar los dedos también te llevan a la misma conclusión: coño, parece que ya hace frío, no? Y pensar que hace cuatro días estabas en tirantes! Mentira parece haberse podido poner semejante escasez de ropa ahora que pululas por casa disfrazado de esquimal y que incluso has hecho un agujero en el suelo del patio para abastecerte de pescado fresco!!
Viernes 22. Día Internacional de la Música y Santa Cecilia, su patrona. Estamos salvados!! Que ya se sabe que el que canta su frío espanta… O era su mal? Buenos días!
PD.- Del maravilloso doodle de hoy no voy a hablar porque no callaría (los otros amigos del Doctor me entenderán); solo diré una cosa: exterminar-exterminar…
31.10.2013
Para los que hemos crecido sin esas tradiciones es difícil que hoy se nos haga el corazón calabaza al ver tanto muerto y tanta bruja por la calle, por mucho que los vagones de metro se asemejaran esta mañana a un disparatado coche de difuntos de serie B.
El caso es que no es que le tenga manía a la fiesta por el mero hecho de ser de importación (como me pasa con el insoportable Papá Noel), porque el equivalente patrio de visitas de compromiso a los cementerios portando claveles, tampoco es costumbre en mi casa. Al Halloween este moderno le reconozco su estética tan naranja y tan vistosa y ese don que tiene de quitarle hierro al espeluznante asunto de la muerte. Porque hoy es la fiesta del ‘terror’ sí, pero del terror fiestero y guasón -más del susto que del miedo- adaptada para todos los públicos, que lo mismo tenemos cocktail de cerebrito sanguinolento para adolescentes, que caramelos de fantasmas para los niños, amén de tartas-sepultura para adultos golosos…
En fin, trucos y tratos aparte, octubre se nos acaba por más golosinas con que le tentemos y con él se va el último reducto de calor del año, con el miedo que me da a mí el frío… Jueves y fin de semana ya: estos hachazos no están tan mal!! Buenos días!
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